ENTRE MONTAÑAS

Recostado entre montañas

está mi pueblo querido.

Cómpeta, rincón florido

hecho de sol y de cal.

Tienes arte, tienes duende,

tienes olor diferente,

pues hueles a cante grande,

a buen vino y a compás.

Tienes cuanto hay que tener

para ser un pueblo precioso,

y por si fuera poco,

tienes La Noche del Vino

de la que hoy quiero hablar.

Es la Noche Misteriosa

en la que todo es alegría

desde que comienza el día,

hasta que el siguiente día,

nos vuelve a salir el sol.

En esta Noche tan larga,

se va a cantar, sevillanas,

peteneras, seguidillas o soleá.

También habrá cantes hondos

con susurrantes suspiros,

que a fuerza de ser tan hondos,

nos parten el corazón.

Tenemos uvas de plata

y premio al vendimiador,

el hombre que está en el campo

desde que el sol se despierta

hasta que tarde se duerme,

para que el vendimiador vaya

a encontrar entre los suyos,

sombra, descanso y amor.

¡Noche alegre! ¡Noche grande!

hecha de estrellas brillantes

y de guitarras templás.

Yo te saludo Noche del Vino,

y a todo aquél que esa Noche quiera venir

a ver tus calles tan empinadas,

llenas de flores,

y de muchachas engalanadas,

para en la plaza,

oír el pregón, ver como bailan,

oír al que canta,

beber tu vino que es delicioso,

y desde ahora quien nos visite,

vuelvan mil veces< ZAZAZAZA a visitarte,

pues es difícil Cómpeta mía,

mi pueblo blanco,

vivir sin ti.

Autora: María del Carmen García Cerezo.